GALAXIAS
COMO MIGAJAS
Durante semanas, Neil puso a punto un programa en el que metieron los datos de 27 galaxias enanas que rodean a la gigante Andrómeda. Y, un buen día, el adolescente se dio cuenta de que algunas de ellas formaban un disco extremadamente aplanado que giraba en torno a su hermana mayor. Se lo dijo a su padre, que se quedó pálido. Hasta ahora, se pensaba que las galaxias grandes, como la propia Andrómeda o nuestra querida Vía Láctea, devoraban a sus vecinas de menor tamaño, dejando galaxias enanas como migajas a su alrededor.
Durante semanas, Neil puso a punto un programa en el que metieron los datos de 27 galaxias enanas que rodean a la gigante Andrómeda. Y, un buen día, el adolescente se dio cuenta de que algunas de ellas formaban un disco extremadamente aplanado que giraba en torno a su hermana mayor. Se lo dijo a su padre, que se quedó pálido. Hasta ahora, se pensaba que las galaxias grandes, como la propia Andrómeda o nuestra querida Vía Láctea, devoraban a sus vecinas de menor tamaño, dejando galaxias enanas como migajas a su alrededor.
Disco
de galaxias enanas alrededor de Andrómeda.
Los astrónomos creían que estas migajas eran
independientes unas de otras. Pero no. En la pantalla de la computadora de Neil
se veía que las galaxias enanas en torno a Andrómeda se organizan en una
gigantesca estructura aplanada que rota sobre sí misma. Además, según
explican en la revista “Nature”, este disco se alinea de alguna manera con el
polo de la Vía Láctea, sugiriendo un orden en el universo hasta ahora
desconocido.
“Hace dos años estuve en San Sebastián con unos amigos,
muy bonito”, cuenta Neil de primeras por teléfono con naturalidad, como si no
acabara de descubrir un nuevo orden en el universo. “No me gusta mucho decir
que he tenido suerte, porque suena a superstición, pero de alguna manera es
cierto que tuve la suerte de estar en el momento adecuado en el lugar adecuado,
nada más”, explica sobre su hallazgo.
Más Información: El Comercio
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